Sosteniendo la Pared, 27 de octubre 2012

Sosteniendo la Pared en Twitter

Entrevista en Poder Ciudadano, Canal 5 TNU, 22.9.2011 (primera parte)

Entrevista en Poder Ciudadano, Canal 5 TNU, 22.9.2011 (segunda parte)

Caso Trigo (en Cámara Testigo, 9 de mayo 2011)

domingo, 7 de noviembre de 2010

Postemillas del trimestre


“La memoria estalla hasta vencer
a los pueblos que la aplastan
y que no la dejan ser
libre como el viento”

León Gieco

“Amenazaron de muerte a la militante social Irma Leites”

Los gorilas no duermen a las diez de la mañana en la calle larravide. Acechan desde la noche en sus no árboles de mitsubishi blanca sin matrícula. Repiten el método. Son más memoriosos que nosotros. Los cuatro monos no son ciegos, ni mudos, ni sordos, ni sabios, ni monos. Darwin los conoce mucho mejor que nosotros. Irma también. Por eso contraataca frente a la amenaza. Contraataca con oídos, ojos y boca. Los eslabones, cumplidos, huyen en sus dos patas y sus cuatro ruedas. Los eslabones reencontrados de la cadena que se creyó perdida. Cobran por su trabajo y se van a almorzar, como buenos padres que son. Pero antes de hacerlo su grito mono ya quedó desenterrado del pavimento: “dejate de joder porque te vamos a quemar”. La hoguera inquisidora no duerme a las diez de la mañana en larravide, ni antes ni después. Sigue quemando, aullando, haciéndole el favor a los aún impunes o a sus acaso patrones de la vip. Los de la chispa encendida más que la nuestra. Los que rezan los domingos y dictan reglas secretas los sábados por la noche. Justo a la hora en que sus peones impunoadictos patoviquean en los boliches o en las guardias de seguridad o en el 2-22, los genocidas extienden sus lenguas y tinta y brasas en las nuevas metodologías que la leites empleada de la salud recuerda bien desde sus tiempos de cana. Y por eso no tiembla. Y por eso no huye. Y por eso no los denuncia ante la justicia, porque no sabe dónde habita esa tal señora.


“El presidente Mujica intentó liberar a presos mayores de 70 años”

Los primeros, los genocidas digo, fueron encarcelados en setiembre de 2006. Lujosamente encarcelados, pero encarcelados al fin. Te regalo los lujos, el adsl y el celular, goyo, que yo me voy a caminar por dieciocho y entro y salgo del lobizón cuando se me cante y quiera y pueda. Vos seguí ahí, en tu inalámbrica prisión de cinco estrellas domingo arenas, pero seguí ahí. Tu vejez y la de todos los demás “pobres viejitos” no te exime de tus crímenes contra la humanidad, ni en el cuerpo asesinado de luzardo, ni en la visa del esmaco, ni en los oficios de la cía. No te/los exime pobres viejos homicidas, violadores, torturadores, desaparecedores, hdp. ¿Contame cómo gemía de implacer la pobre desgraciada patoteada y violada entre cincoseis? ¿Cuánto gozaste con aquel adolescente de las pintadas amarrado/estaqueado entre diezquince? ¿Cómo alcanzaste el orgasmo cuando le arrebataste a aquella indefensa su bebita de trescuatro días? ¿Qué divismo se siente acribillando a tus ochodiez militantes por la espalda? Mis muy amados divos de la lascivia y el sadismo, ¿con qué etiqueta azul brindaron por la posible libertad a concederse? ¿Con quién chatearon esa noche en el messenger? ¿Adolfo sigue estando en línea desde el más acá? ¿Cómo vivieron la cuenta regresiva desde la anunciada presunta propuesta de libertá? Pobres viejos ofensivos y huérfanos del premio a su crueldad. ¿Llegaron tarde a la celda y no se habitúan, verdad? ¿Llegaron pobres viejitos cuando deberían haber estado desde cincuentones langas? ¿Les cuesta mucho ahora enterarse de la centésima parte vivida por sus víctimas? Aceleren el trámite. Vamos. Ustedes tienen fuerza y convicción. Lealtad a la patria, obediencia indebida. Vamos. Ustedes saben cómo hacerlo porque ya lo hicieron mil veces en la sangre de otros. Vamos. Mario murió hace un año, pero como dato les dejó dicho: “Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo”. Libérense ahora. Redímanse. Vamos. Que un vaso de agua y una pastilla de cianuro no se le niegan a nadie. Llaman a la puerta. Atiendan por favor. Es el delivery que trajo el encargue.

“Oficialismo propone instrucción militar para los adictos”

El paco les calcina las tripas. Su efecto perdura por veinte minutos. Cada veinte minutos salen de sus casas con un nuevo televisor para pagar el consumo. El narco se alimenta de televisores sin sal en su mansión de pocitos. La pasta los desorbita, los expulsa de sí, los convierte en kamikazes de su nueva religión. Cambian de órbita cada veinte minutos. Van y vuelven. Entran y salen. El narco comulga los nuevos kamikazes en su lujosa órbita de punta carretas. Los desechos de coca sin refinar les crecen por las venas como un nuevo hijo abortado que nace igual. Cada veinte minutos ocurren partos malhabidos en los barrios más pobres de todas las ciudades empobrecidas. Entran y salen fetos sin futuro ni presente del sistema habitual. El narco bien nacido come fetos de cincuenta pesos por cabeza en su sistémico barrio privado de carrasco. La droga berreta, la más fetal, se uniformiza con gorra de rapero y estómago vacío. Se mimetiza. Se adhiere. Nadie sabe/contesta que otro mundo distinto existe y es posible, o que al menos posible sería que existiera. El estómago de diecisiete años entra para matar y sale para robar, cada veinte minutos. El narco nolepreguntan/poresonocontesta cada veinte minutos recibe su paga multiplicada en todas las gorras de los barrios más empobrecidos, mientras atiende su ventanilla impune en su gorleriano palacio de punta del este. Un militar no instruido ni depurado aguarda para instruir y depurar. Caramba.

“Benedicto XVI expresó: Vemos que es necesario hacer penitencia”

Superan veinte mil los curas pedófilos en todo mundo. De un total de 247 naciones, nos da un promedio de apenas algo más de 80 sacerdotes por país que tomaron demasiado al pie de la letra aquello de “dejad que los niños vengan a mí”, y si no vienen los salgo a buscar y los obligo y los someto; total… tengo línea directa con el poder mayor. El papa, la iglesia, el establishment eclesial no condenan. Sugieren “penitencia”. Veinte mil penitentes cumpliendo su absolución en cada una de sus parroquias. ¿Por mucho tiempo? ¿Y durante y después? Setenta veces veinte mil que apañan al promedio de los más de ochenta por país. Buen número para impedir que los trapitos sucios salgan al sol. Total, el daño ya está hecho. Los traumas personales, familiares y sociales ya están. Penitencia, muchachos, que la catequización no puede esperar. Total, el daño… Centenares de miles de niños y niñas asisten cada domingo, en todo el mundo, para adquirir las enseñanzas magnánimas. No pueden esperar a un castigo ejemplar o a una justa expulsión y procedimiento judicial que estigmatice a la institución por muchas décadas. ¡Y justo en este momento tan pecaminoso! Siempre es mejor que el número de bajas lo aporten los demás. Centenares de miles de niños y niñas que acuden por la salvación, convencidos o inducidos, con más de veinte mil abusadores enfrente que los iniciarán en el culto y en muchos casos, si es necesario, también los obligarán a hincarse. ¿Amén, ratzinger?

El Tribunal de La Haya dictaminó “empate técnico” y se lavó las manos

“Botnia no contamina, pero Uruguay no dio aviso sobre su instalación”, podría resumirse el esperado dictamen de la Corte Internacional de La Haya. Punto. Ni Gardel les metió un gol con la mano a los ingleses, ni Maradona nació en Tacuarembó. Ni el Diego murió en Colombia, ni el Carlos nació en Francia. Pero todo eso podría haber ocurrido, claro. Empate técnico: Maradona no canta como Gardel y Gardel jamás jugó -ni jugará- al fútbol como Maradona. La cumparsita es del uruguayo Mattos Rodríguez pero se la vendió a la disquera argentina Riccordi en tiempos de necesidad. Los orientales que conocemos la historia sabemos a quién le pertenece. Los argentinos que conocen la historia también lo saben. Pero opinamos distintos. ¿Qué diría La Haya? Dos puntos para el Tribunal: La cumparsita es rioplatense. Hay cortes de puente contra los argentinos y uruguayos trashumantes, pero también hay reclamos concretos a los que debiera acordarse un pronto final con buena disposición de ambas partes. Poner la pelota en la cancha del vecino para que el vecino resuelva cómo jugarlo, incluso con Gardel, Maradona o Mattos de punteros, siempre es poner la pelota en la cancha del vecino. Con todos los intereses (presuntos y reales) que existen en este conflicto, ¿no contamos aún con capacidad propia de resolución del mismo, entre dos poblaciones tan similares, autocaratuladas “hermanas” durante tanto tiempo, para esperar que el vecino resuelva a nuestro favor todo aquello que ninguno de nuestros pueblos sabe cómo resolver a su favor? Conclusión del Tribunal Internacional: La cumparsita fue compuesta en La Haya y las naciones implicadas deberán devolvernos con sus correspondientes intereses todo el dinero recaudado por derechos de autor durante más de cincuenta años. Entérese, dispóngase, cúmplase, archívese.

“Voy y vengo”, un compacto con muchas orillas


Peter Castro y su primer disco solista

Nació en Tarariras hace 56 años. Cruzó el río marrón tantas veces como las necesidades económicas lo demandaban. Fue y vino. Partió y volvió. Hace casi una década regresó para quedarse en Colonia del Sacramento. Hoy vive en Santa Ana y trabaja en Montevideo, prosiguiendo una experiencia laboral que comenzó en Río Negro, continuó en Tacuarembó, y nadie sabe por qué otras orillas habrá de llevarlo en el futuro, que poco importa eso ahora. Así las vidas de los sieteoficios urbanos. Así las historias comunes a tantos en un departamento de frontera. Así las frustraciones y las expectativas. Así el rastro de todas esas vivencias, plasmado en este primer fonograma “Voy y vengo” sobre el que hablamos con Peter, entre muchas otras cosas.

-¿Cuánto remar para llegar al primer disco?

-Casi cuarenta años, que es mucho tiempo.

-Es mucho tiempo, pero ¿vale el resultado?

-Sí vale. Uno siempre espera un poco más. Después que está el trabajo plasmado le gustaría cambiar todo, pero ya está. Y bueno, hay que pensar en el próximo y en cosas nuevas, nada más.

-¿Qué te sorprendió de este disco?

-Me sorprendió, en realidad, el cambio musical que tuvo con el aporte del gran músico tacuaremboense Emilio Ramos, tanto que a veces ni me reconocía yo.

-Entonces comenzamos por la ficha técnica, el contenido del disco y los músicos que participan.

-El disco tiene algunos temas balada, algún candombe, y sobre la ficha técnica, quien lo grabó fue Emilio Ramos, de Tacuarembó…

-En un estudio propio.

-Sí, tiene un estudio propio que se llama “El Farol”, un estudio chico pero bien equipado. Y después Marcelo Barrios tocó la batería, Ramiro Arredondo tocó el bajo, Diego Díaz en la percusión y yo en la segunda guitarra. Ahí más o menos nos fuimos manejando.

-Algo así como una integración musical de Colonia y Tacuarembó.

-Tacuarembó y Colonia, sí. En ese momento estaba en Tacuarembó, estuve casi un año, así que tuve todo ese tiempo, tuve seis o siete meses para hacerlo, y está, es lo que quedó ahí.

-¿Y en Tacuarembó qué quedó de este disco?

-En Tacuarembó quedó bien visto, muy bien visto. Desde que salió se pasó y se sigue pasando en las radios y en la televisión. Tuvimos también un toque en el balneario Iporá, otro toque en la sala Ignacio Brocco de la Casa de la Cultura de Tacuarembó, y no digo que me conoce tanta gente como en Colonia pero sí cayó muy bien.

-Pero comparativamente, parece que tocaste más el disco en Tacuarembó que en Colonia.

-Sin duda que toqué más en Tacuarembó que en Colonia, porque a uno a veces siendo local se le hace cuesta arriba también.

-¿Sigue habiendo una subestimación por el trabajo del músico local en Colonia?

-Sin duda, lo fue hace treinta años y lo sigue siendo.

-No importa el estilo, ¿no?

-No importa el estilo. Han venido grandes figuras y también han fracasado. Colonia es un lugar muy especial, muy raro. No quiero decir que sea malo. No es ni malo ni bueno, es raro.

-Pero Tacuarembó también es de frontera.

-Sí, pero se defiende lo nuestro de todas formas, sea un chotis, cualquier ritmo de Río Grande del Sur o Numa Moraes, no importa, pero se defiende eso.

-¿Y qué tiene de Colonia el disco, además de vos y el percusionista?

-Tiene todo el ángel que posee nuestro Barrio Sur, ese ángel, esa noche. Tiene lo del nombre del disco, “Voy y vengo”, ir a Buenos Aires, cruzar el río y volver tantas veces como sea necesario hasta poder quedarme. Contiene todo eso. Algún personaje de Colonia…

-Contanos más de ese ir y venir.

-Sí, no sólo en mí sino que también lo he notado en muchos compañeros. Cruzar el río para nosotros es como para un fronterizo del norte cruzar la calle en Rivera, en este caso en busca de trabajo, y estar un tiempo allá pero añorar estar en Colonia, y volver gracias a la familia que volvía conmigo, nos quedábamos un tiempo, se terminaba el trabajo, llegaba el invierno, y volver otra vez a Buenos Aires. Así tantas veces hasta que un día me quedé y ya no me fui más, y espero no tener que irme más por supuesto.

-¿Qué canción escucharías más del disco si fueras otro y el disco no fuera tuyo?

-“La muerte y el bohemio”, tantas veces como fuera necesario hasta que lo entendiera bien.

-¿Acaso por verte reflejado en ese tema?

-Sin duda. Siempre que lo toco digo que es el único tema, y seguramente va a ser el único, que escribí para mí, que lo escribí pensando en mí, en todo lo que significa un tipo que anda a la noche con la guitarra pero que se levanta a la mañana a laburar y que un día se va a encontrar cara a cara con la muerte. Y lo va a llevar, pero le va a ser cuesta arriba seguramente.

-¿Creés que los bohemios y la bohemia sigue siendo la misma hoy que la de hace treinta años?

-No. La bohemia hace treinta años era realmente bohemia. Hoy es como que ya no se puede vivir de esa bohemia, no es posible, hay que aferrarse a otras cosas, hay que escribir otras cosas, hay que vestirse de otra forma. Hoy está todo muy globalizado.

-¿No ha habido ninguna posibilidad de poder presentar el disco en Juan Lacaze, en la Biblioteca Rodó por ejemplo, o junto al dúo Agosto, a Nuestra Razón…?

-No he hecho ningún contacto. Sí lo hice, como siempre, en la Casa de la Cultura de Colonia, también estuve viendo la posibilidad de presentarlo en varios lugares del departamento, ya sea en el Uamá o en Tarariras o en Colonia Suiza, y por qué no, en Juan Lacaze también, claro. Sería bueno coordinar con la gente de Agosto o de Nuestra Razón y poder presentar el disco ahí. Sería muy bueno.

-¿Qué tema del disco omitirías si te tocara grabarlo hoy?

-A ver, dejame pensar… la canción “Aún me quedan fuerzas”. Ese tema hoy no lo grabaría.

-¿Para qué cosas no te quedan fuerzas?

-Creo que no está bien expresado. Creo que sí me quedan muchas fuerzas, y esas fuerzas me vuelcan para el lado del obrero porque de hecho soy un obrero, y para el lado del más débil, del más humilde, pero no quedó reflejado musicalmente lo que yo quería. Quedó una cosa rara entre un rock-balada o un rock-milonga, y no es eso lo que yo pretendía en ese momento, pero está, quedó así, y como te dije al principio, uno después que está hecho cambiaría cosas, pero ya está hecho.

-La incorporación de músicos tacuaremboenses ¿qué valor agregado le aportó a este material?

-Cada uno le agregó un poquito de lo suyo. Emilio Ramos es un músico que toca con mucha gente, porque es un gran músico realmente, es un gran guitarrista, que tiene influencias de Brasil. Ramiro, que es un chico de 17 años, tiene una influencia rockera muy grande a pesar de que hace canto popular e integra un dúo con el que han ganado cinco festivales en cuestión de seis meses. El batero también proviene del rock, del rock fuerte, y no representa lo que es un candombe pero sí lo toca y sí, con la percusión se amalgama bien. Pero creo que lo que más puedo resaltar del disco, en relación a tu pregunta sobre el aspecto musical, es la parte fronteriza que tiene, que no es mía por supuesto.

-Una mixtura interesante, ¿no?

-Sí, hay un tema a Tarariras, por ejemplo, que originalmente era algo así como un milongón y ahora quedó una cosa muy rara, entre reggae, chotis y no sé qué.

-¿Qué respuesta del público coloniense encontraste que esperabas encontrar y qué respuesta no encontraste que esperabas encontrar?

-La que encontré fue buena. A la gente que ha escuchado el disco le ha gustado, algunas cosas sí y otras no por supuesto, pero en líneas generales sí ha gustado y de hecho he vendido muchos discos en Colonia. Pero la respuesta que uno más espera es cuando lo va a plasmar en vivo en un espectáculo, y cuando yo lo presenté en el Bastión del Carmen fue muy poca gente. Era una época rara, fue el 13 de febrero, carnaval, complicado, no con mucha publicidad. Ese es el único punto oscuro, pero uno no puede medir por la cantidad de público que va a un lugar si es bueno o malo. Simplemente no fue toda la gente que uno habría esperado, o porque algunos no se enteraron o porque a otros no les interesó, además fue un sábado, día que hay mucha actividad en Colonia, y talvez eso también influyó. No sé. Talvez hagamos algo en el Bastión otra vez en no mucho tiempo.

-O quizás puede ocurrir que el público ya no está para este tipo de música.

-Sí, es cierto también. Los de nuestra generación ya están en su casa, con la estufita y la televisión por cable, entonces capaz que les cuesta un poco salir. Pero, ya digo, el público de Colonia es una cosa muy rara, muy rara. Ni bueno ni malo, raro.

-¿Cuánto cuesta editar un disco, como producción independiente además?

-Cada disco sale, de costo, 120 pesos, sin contar las horas de grabación, que son otros 20.000 pesos al cabo de cuatro, cinco, seis meses. Y hacer cien discos fueron 12.000, 13.000 pesos. Así que cuesta unos 50.000 pesos, unos 2.000 dólares para redondearte. Más o menos cuesta 2.000 dólares sacar un disco, en un sello Orión… que no es Ayuí.

-O sea que si bien la producción fue independiente, cuenta con el respaldo de un sello fonográfico.

-Sí, sí. Con el sello Orión, con todo lo que marca la ley, con aportes y todo; todo por derecha. Pero cuesta alrededor de 2.000 dólares sacar cien discos, cien.

-Una suma de no fácil recuperación, supongo. Pero más allá del eventual rédito económico, ¿qué rédito emotivo te dejó?

-Me dejó un sabor dulce. Es un parto raro pero lindo. Es algo que va a quedar, va a quedar para mis amigos, mis nietos, mis hijos, y esa es la tranquera de todo un largo y sinuoso camino. No es mi idea recuperar lo que invertí, para nada, ya está, lo que se invirtió se invirtió y lo que se perdió se perdió. Perdió Palito Ortega cuando trajo a Frank Sinatra, ¿no voy a perder yo haciendo un disquito de 2.000 dólares? Pero está la otra satisfacción, la personal, de decir: bueno, esto es lo mío. Bueno, malo, regular, pero esto es lo mío. Y antes de fin de año vamos a empezar otra vez a grabar otro disco, y siempre para adelante.

-¿Ya hay temas nuevos?

-Sí, por ahora tengo cinco temas nuevos que habría que revisarlos. Tengo más temas escritos, pero cinco son los que me gustan realmente y que ya están medio como para poder empezar a trabajar en ellos para grabarlos.

-¿Irían dentro de la misma temática conceptual del primer disco?

-No. Por lo menos en la temática creativa, poética, no. Este disco “Voy y vengo” tiene mucho… mucho de amor, mucho de noches enteras, buenas y malas, como dice en la tapa del disco. Creo que el próximo sería mucho más adaptado a esta época, época de lucha, de gente que no pasa buenos momentos, de falta de trabajo. Creo que va a apuntar más a eso, más a la realidad cotidiana, más luchador.

-Vos escuchás mucha música, aparte de hacerla. ¿Este disco tiene influencias notorias de otros intérpretes o autores?

-Yo no sé si influencias. Yo tengo influencias al escribir, y eso se nota, ni me da pena ni vergüenza decirlo porque se nota, influencias de Sabina y del amigo José Carbajal. Tengo esas influencias porque me gustan y porque es una línea que dice y que expresa cosas. Igualmente no tengo un autor del canto popular que me lleve a hacer tal cosa. No sería Dino, no sería Mateo, no tengo un autor preferido, así, de ese tipo de letras, en ese contexto.

-O sea que serían influencias personales, pero no las plasmadas en este disco.

-Exacto. Y bueno, siempre buscándole la vuelta a lo que uno quiere expresar, que en definitiva es lo que menos vende.

-Y si tuvieras que venderlo y fueras un vendedor de feria, ¿cómo convencerías a la gente que tiene que comprar este disco, por qué?

-Porque es lo que pasa a diario, lo cotidiano, lo que le sucede a la gente. No es “la felicidad, ja ja ja ja”, no es así. Es lo que nos sucede a cada uno de nosotros. Nos enamoramos, nos peleamos, perdemos el laburo, no tenemos plata para la UTE… Lo normal, lo de toda la gente, lo de la gente común, la gente que pelea.

-Además de ya estar pensando en la gestación del segundo disco, ¿cómo sigue esta historia?, ¿hay alguna intención de presentar el disco en Montevideo por ejemplo?

-Nosotros, a partir del fracaso, si se le puede llamar así a la presentación en el Bastión, al haber concurrido poca gente…

-Por ese razonamiento también fracasaron Dino y Hugo Trova, que fuimos cinco a verlos, y fracasó también el grupo argentino Arbolito, que éramos dos… Al menos si se le llama fracaso a eso.

-No, acá fueron cincuenta, pero uno espera un poco más siempre. Lo de Dino y lo de Arbolito es porque, insisto, es raro Colonia, es muy raro. Entonces a partir de analizar lo que pasó en el Bastión y por qué pudo haber pasado, surgió la idea de hacer una Sala Zitarrosa, que también es muy jodido, no es fácil, pero bueno, la idea sigue en pie, trabajar para hacer una Sala Zitarrosa. De hecho, con los músicos que grabamos el disco siempre estamos en contacto, siempre tratamos de juntarnos, de ensayar un poco. Pero también me queda en la memoria cuando fuimos con vos a ver a Yabor a la Zitarrosa, y tampoco fue mucha gente a ver a Yabor a la Sala Zitarrosa. Entonces sería bueno apostar a eso. Total, errarle en una, errarle en dos, a esta altura es lo mismo. El asunto es hacer lo que a uno le gusta, y lo que a mí me gusta es hacer música. Cumplo con mi tarea de ciudadano dentro del sistema, de trabajar todos los días, y además de eso intento hacer música.

-Todo forma parte de seguir pagando un derecho de piso eterno, ¿no?

-Exacto. Un derecho de piso que es tan raro… Porque es realmente raro, ¿no?

-A otros les sale más barato.

-Sí, a otra gente le sale mucho más barato. Va y arregla y la plata aparece, de algún lado aparece, y la prensa aparece, y para ellos siempre hay tiempo. Y cuando digo ellos, sabrás entender quiénes son ellos y quiénes somos nosotros. Pero también a veces, cuando las cosas son cuesta arriba, el sabor del triunfo es mejor. Y si uno le erra y las cosas no salen, junta fuerzas para arrancar otra vez, siempre junta fuerzas.

-Me gustaría cerrar la nota con una puerta abierta hacia la Biblioteca Rodó, para poder conversar una posible actuación allí. ¿Peter Castro es accesible para los recursos con que pueda contar esa institución?, ¿cómo pueden comunicarse contigo en tal caso?

-Bueno, mi teléfono es 098445557, y uno de línea 0588 2055. Yo vivo en Santa Ana, o sea que estoy muy cerquita de Juan Lacaze y de hecho voy todos los fines de semana. Y para Juan Lacaze seguramente no es caro, porque solamente llevaríamos los músicos y, bueno, nos arreglaríamos. Además es muy distinto tocar para Juan Lacaze que tocar para Colonia Suiza, ¿me explico?

-Sí, preguntale al Chamaco Rossi…

-Por eso. No, no es caro para nada. Es más, lo haríamos con gusto. Fijate que el viaje y la estadía de los músicos cuando nos presentamos en el Bastión lo pagué todo yo. Bueno, también se podría arreglar esto. El asunto es tocar, que es lo que a uno le gusta. Y por ahí en algún momento la cosa mejora. Y para eso uno trabaja todos los días y trata de hacer cosas nuevas y, bueno, ir encontrándole la vuelta.

miércoles, 20 de enero de 2010

Anatomía bélica


“Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda”.
Pablo Neruda

Mi sudor del jadeo imaginado. Transpiración helada y anhelante. Mis ojos casi infantiles de hijo único inquiriendo al/requiriendo del hermano mayor que jamás. Mis suposiciones y el miedo de que sería o sería, desde mi esta trinchera segura y privada hasta hoy. Mi adiós definitivo a todas las batallas reales de soldados de plástico con pasto verde y horizontes de cena ya lista. Mi roja adrenalina en los labios pálidos para dentro de un rato. Mi bolsillo arsenal empobrecido de trescientos contados recontados. Mis nulos precedentes. Mi objetivo concreto a un costado del pasillo pegajoso de sudores calientes, miradas fijas, bigotes alcoholizados, pendientes del gatillo de la puerta. Mi escuadrón de trescientos pendientes de la puerta del gatillo. Mi noche primera y única. Mis tímpanos destrozados con la guerra de mentira que se escuchaba de afuera. Mis faltan tres, faltan dos, falta uno. Mis detonaciones de bisagras crujientes. Cuerpo a tierra. Mi nueva/vieja batalla de soldados midiéndose a centímetros pero sin mirarse, atrincherado frente al fuego cerrado de una veladora vieja con puntillas quemadas de tanto plástico abatido en otras guerras. Mi patada en el hígado, mi ternura no dicha, mi llanto adulto, mi deserción de bisagras, veladoras, picaportes, pasillos, escuadrones de ginebra con objetivo expuesto. Mis trescientos rehenes a cambio. Mi subjetivo pase y siga. Mis quince al uso. Mi hoy recuerdo cobarde de la calle de los saldos. Mi deserción eterna.
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La cresta del metal asoma su cabeza en los campos minados de Bagdad. Allí no hay prisa por quizás no llegar a ninguna parte. No hay dolor. No hay siesta de domingo. Sólo arena recalentada a pólvora y sangre caliente por el fuego invasor. Pero la naturaleza siempre puede más. Así lo saben en Puerto Príncipe. El ojo del huracán, su boca abierta, su vagina con dientes, superó todos los planes de los azules de la ocupación. Y ocupó hasta a los ocupantes. Antes y después vinieron el hambre y la desolación. Nada cambió de como era antes y después. Parecen moscas pero son hombres. Con pies y manos se pegan a la piedra y trepan los guatemaltecos para saltar el muro imperial hacia el otro lado, donde los de su misma clase les hacen volar las muelas de diez balazos en el rostro, y con las muelas todo el resto. Restos. Por eso en Gaza prefieren cruzar por el camino más largo. Por eso entienden que en toda guerra las armas más poderosas son las que la economía construye. Así ocurre en todo este mundo de fotos veladas que no aparecen en la tapa de los diarios, por eso.
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Has de morir, pero hoy todavía no. Así le habló el carcelero a su presa, el paco al joven falopero de cabotaje, la panza al albañil con cinco hijos que bajó del andamio sin volver a subir, la bolsa conquistada al hurgador, la noche de este invierno al sin pared ni techo, el sistema laboral a los mayores de treinta, el sistema electoral a los menores del dos por ciento, el sistema conyugal a todos y a cada rato. Todavía no será, pero has de morir. Y ese no morir de mientras tanto es la peor muerte permanente y definitiva.
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Uno contra otro. Mano a mano. Cuerpo a cuerpo. Contramano. Contracuerpo. Contraunootro. A veces suele ser así eso que llaman amor. Inundación que nos refresca y asfixia. Guerra sin cuartel ni territorio neutral. Prisión de primerizos sin salida transitoria. Besos furiosos de autodefensa civil. Abrazos esquirlas de otros abrazos mayores partiendo en retirada. Olvido de recuerdos. Pasión sin serenata. Difuso calendario de deseos. Carpe diem. Así la vida. Así el vestido en estampida. Mi reloj. Tus aros. Los accesorios todos de eso que llaman amor haciendo un agujero en el piso de madera del terreno común que compartimos ya demasiados otoños. Estaciones de un tren sin rieles hasta acabar estallando al final una vez más. No quiero estar allí cuando no me necesites. No quiero necesitarte cuando no estés. No quiero que usemos los mismos nombres que en el desayuno. Carpe diem. Así es al día. La vida que soñamos al final así es. Nuestras ropas descubriéndonos sabidos. Nuestro dejarnos caer siempre del mismo lado. Dejarnos caer. Y allí el combate. Uno sobre el otro coreografiando la misma escena una y otra vez. Mordiéndonos sin tregua hasta alcanzar la paz. La paz de la no guerra. ¿Entonces? Carpe diem. Así el amor. El espanto así. Sobreactuación de actores de reparto. Improvisados. Inseguros. Frágiles. Cansados. Y así acabar como lo marca el guión. El cotidiano conyugal placer a conquistar de a uno. Solos. Uno contra uno. Mi mano. Mi cuerpo. Y vos allá. Tu cuerpo/mano lejos. Retomando cada uno en singular ese túnel del sueño que nos aparte un poco más hasta mañana. Y siempre ese deseo de desear que desearemos desearnos como cuando no nos conocíamos tanto así.
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Cuando el patrón nos envió el telegrama de despido. Cuando la adolescencia partió y nos dejó solos y jóvenes. Cuando murieron los nuestros. Cuando primero la sequía y después la inundación. Cuando nos dijo que sí o cuando dijo que no. Cuando erramos el penal sobre la hora. Cuando pudimos ver las botas yanquis hasta en la luna. Cuando triunfó la impunidad. Cuando quisimos ser los que no fuimos. Cuando los que fueron cambiaron demasiado. Cuando La Higuera, La Moneda, Salsipuedes y el Ayuí. Cuando tragamos el asco que nos mató y nos resucitó en furia. Cuando la besamos en la frente y luego en los labios y luego. Cuando la ideología mató la idea. Cuando el medio mató el fin. Cuando nos expulsaron del barrio patrimonial a las patadas. Cuando murió la flor. Cuando lloramos todos. Y cuando supimos que más del setenta por ciento de la Tierra es agua. Agua nomás y sólo eso.

Muros y puentes de la marginación

Con Jorge Pérez, trabajador social en Villa Ferrando, de Colonia

El argentino Jorge Pérez es médico obstetra y actor profesional. Ejerce este último oficio, pero a través de ambos ha llegado a conocer la esencia del ser humano y a defender su dignidad como primer derecho. Tiene 53 años, y junto a Paula, su última pareja, y su hijo menor, se radicó en las afueras de la ciudad de Colonia, sobre la Ruta 21, hace una media década. Lo conocí en La Plata, su ciudad natal y mi ciudad eventual. Nos reencontramos en un bar coloniense. Él con su Van Gogh tallado en la piel desde que protagonizó “Vincent y los cuervos” en el Teatro del Bosque. Yo con todos los Van Gogh dolientes que Jorge me enseñó a tallar sobre la piel. En ese encuentro cervecero me enteré de su radicación en Colonia y del trabajo social que junto a Paula y el resto del equipo realizan en el cantegril Villa Ferrando (a través del Mides), donde hoy vive más de medio millar de personas, extremo suroeste de una extensamente poblada franja de ranchos que suman casi 4.000 pobladores, casi el 20 por ciento de la población capitalina. Entre todas las alegrías que recuperábamos con la puesta al día del reencuentro también le hicimos su debido lugar a la tristeza solidaria con los que más sufren, simplemente porque así debe ser. Esto nos contaba entonces Jorge Pérez.

- ¿En qué consiste este trabajo en el barrio Villa Ferrando y quiénes más participan del mismo?

- Formamos parte de esta experiencia una serie de técnicos idóneos en distintas áreas, como por ejemplo profesoras de oficios manuales, como Paula Villanueva y Silvana, que enseñan tejido en telar y artesanías. También está Marcos Berger, que es comunicador y trabaja en todo lo que sea dinámica grupal, y tenemos además a Zoraida Dalmás como asistente social. Somos un grupo que estamos trabajando en enseñar a mamás jóvenes, chicas en su mayoría de 15 a 20 años que por esta circunstancia de ocuparse de un hijito a una edad muy temprana y llevar una familia adelante, en general les es muy difícil estudiar o trabajar. Entonces tratamos de que en su mismo lugar tengan una posibilidad de aprender un oficio manual; tanto para la aplicación en su casa como para poder lograr un sustento futuro y ayudar a parar la olla. Y sobre todo con oficios que les guste, que sientan agrado por hacerlos.

- ¿Cuántas personas viven en Villa Ferrando, que es apenas una de los tres o cuatro existentes en la ciudad de Colonia?

- Villa Ferrando tiene entre 180 y 200 familias, o sea, una población de más de 500 personas, donde hay muchísimos niños, muchísimos. Y tiene una historia no reciente, porque hay muchas personas que creen que hace poco se formó este “asentamiento irregular”, y así le llaman. Yo me resisto a llamarlo asentamiento irregular, en el sentido despectivo, como hablando de algo a lo que no tienen derecho. La gente que está allí ha encontrado un lugar posible para vivir, un techo, como pasó con otros lugares en su momento, que fue gente emigrada del centro o de los sitios de población de Colonia más céntricos, y gente que venía de otros departamentos del interior por promesas de trabajo.

- Por ejemplo en el puente Colonia-Buenos Aires…

- En el puente, o lo más reciente que fue la pastera Ence, que hubo gente que llegó pensando que había una posibilidad de trabajo por varios años y luego se encontró con que nada de eso era verdad. Entonces estos lugares han sido cada vez más poblados, y yo pienso que con buena intención o con mala intención se trata de negar la existencia de estos barrios. Es como que lo que uno no quisiera que existiera dice que no existe, y eso parece ser como que alivia. Igual que como alguien dice que no hay gente en situación de calle en Colonia, que yo tampoco creo que sea esa la verdad, también hay situación de personas que viven en estos lugares con necesidades básicas insatisfechas, como se dice ahora. O sea que en el invierno se pasa mucho frío, un frío que enferma, con una alimentación que no es la correcta para niños recién nacidos o en edad de crecimiento, con situaciones incluso muy expuestas a cualquier emergencia: una lluvia fuerte implica una inundación y un lugar donde no se puede dormir, un granizo significa que hay un techo que se rompe, y así en un montón de cosas que yo mismo he visto en estos últimos años, donde los pobladores no sienten una protección mínima, digna. Entonces ahí creo que es desde donde se está intentando a través de estas acciones de Estado, de una de las cuales yo estoy participando en este momento, y son acciones que tienden a ayudar que ese mínimo derecho a una vida digna sea común a todos los ciudadanos uruguayos, y sobre todo tendiendo a que los niños que viven allí tengan las mismas posibilidades que los demás niños de Colonia.

- ¿Qué peso tiene esa negación de la realidad a nivel social?

- Bueno, una es la negación de la existencia de lo que han dado en llamar asentamientos irregulares. Lo otro es darle un color negro en el sentido de decir que es gente vinculada a la delincuencia, en definitiva estigmatizarlos como para que toda la gente que vive en esos barrios sea la culpable de todos los males colonienses: si hay inseguridad, la inseguridad viene de allí; si hay droga, la droga viene de allí, como que todos los males vienen de un solo lugar para estar tranquilos de que lo demás está todo bien. Y si bien yo no niego, porque sería necio hacerlo, que en un lugar así puede existir gente de todos los colores, creo que en este caso las familias con necesidad de ser consideradas como familias dignas de recibir todos los derechos, están también allí. Y es por eso que no puede ser que de lo único que se hable de Villa Ferrando sea de aumentar la represión. Si además en este caso se critica el hecho de que se han ocupado terrenos públicos, y por eso lo de “asentamiento irregular”… Un asentamiento irregular puede ser una cadena trasnacional de hoteles, como todas las que hay, o puede ser un country, o pueden ser otras ocupaciones de territorio donde se ha dado lugar a ciertas construcciones de élite que tampoco tendrían derecho a ocupar esos sitios.

- Sí, yo siempre interpreto que un asentamiento irregular es algo sustraído del contexto de identidad que tenemos como país. O sea que también Punta del Este es un asentamiento irregular.

- Pero, por supuesto. Sin duda. En cambio aquí, en estos barrios, trataremos de encontrar la solución a la ocupación pero integrando. Porque a veces parecería como que el muro fuera la solución, cuando lo que aquí se necesita es un puente para evitar los males a que se teme, la integración de la gente, no la separación. Yo he podido estar en distintos lugares del mundo donde existe lo que se llaman ghettos, que significan que no existe esa diversidad en un barrio donde antes había personas de distintos orígenes, y esa mezcla convivía en armonía. Pero cuando uno trata de encerrar a la gente tras un muro social es donde realmente empiezan los problemas. Lo mejor es integrar, estar cerca de las personas, allí es donde vamos a poder tener contacto y saber diferenciar la paja del trigo.

- Hay cuestiones inmediatas en la gente que tiene hambre y en la que vive en situación de mediana o extrema pobreza, como suele ocurrir con la cadena de cantegriles existentes en Colonia. Y debe haber medidas concretas a aplicar en lo inmediato y otras a largo plazo, pero con un horizonte planificado. Lo primero es darles de comer, porque si el gurí tiene hambre hoy no da el tiempo para poder educarlo antes, pero mientras se les da el alimento también hay que tener la mira puesta en que ese niño, ese joven o ese obrero desocupado no siga esperando mañana la ayuda estatal para poder comer o vivir dignamente. Acá, en este caso, vos estás participando de una experiencia donde se excede el tema de solamente alimentarse.

- Por supuesto. En este caso de lo que se trata es de dar la posibilidad y los medios para que una persona, de una forma autónoma e independiente, aprenda a ser autosuficiente, o sea, trabajar y vivir de lo que ha estudiado, de su oficio, no inmediatamente, pero cuando uno habla de educación es en esos plazos que uno habla. Y sin duda que eso hay que complementarlo con medidas que van a más largo plazo.

- Además de esta labor en Villa Ferrando, también estás trabajando en el tema salud sexual y reproductiva en las escuelas y en la huerta para discapacitados “Buscando espacios”. ¿Hay puntos en común o recurrentes en estas tres experiencias?

- Sí. Yo creo que cuando uno nombra la palabra sexualidad parece como que todo lo remite a algo que tenga que ver con una lámina del aparato reproductor masculino o femenino. Y en este caso, con los grupos de trabajo, lo que tratamos de hacer es trabajar sobre los vínculos, sobre las relaciones, sobre el buen trato, sobre el respeto al otro. Esa es casi la base. Cuando uno habla de sexualidad tiene que ver con el cuidado. Y entonces en eso entra una actitud ciudadana que abarca todo, no sólo el momento en que uno va a acostarse para tener una relación sexual, sino que abarca el primer contacto entre los seres humanos. Por eso es que con los niños en las escuelas primarias, con los preadolescentes y los adolescentes, lo que se intenta hacer es crear un lugar de comunicación donde la pregunta pueda ser posible sin ese miedo a ser reprendido, esa posibilidad de comunicación entre los mismos muchachos y muchachas, y que entonces haya un lugar posible en el cual pedir ayuda. Creo que el embarazo adolescente no deseado es un problema de no tener una comunicación real con alguna persona que pueda brindar una posibilidad de que esa muchacha o muchacho pueda decidir por sí misma. Cuándo sí, cuándo no. Cuándo yo quiero poder ser papá o mamá de un niño. Eso es lo que intentamos hacer. Intentamos crear esos lugares de comunicación, de poder conversar, de posibilitar aprender esa base del buen trato y el respeto por el otro.

- ¿O sea que estarías de acuerdo con la instrumentación de una ley de salud sexual y reproductiva, como la que abortó el presidente Vázquez? Porque posiblemente ese marco regulatorio aportaría a la solución de una serie de problemas que tienen que ver con todo esto…

- Totalmente de acuerdo. Yo pienso que en ese sentido igualaría todos los derechos de los ciudadanos la elección madura de un adulto de saber qué es lo que quiere hacer de su vida. Y a eso tenemos derecho todos. Pero lamentablemente hoy todo lo referido a esa cuestión está condicionado por quien tiene plata y quien no la tiene. El Estado tiene que dar igualdad de oportunidades e igualdad de derechos a todos los habitantes de este país.

- ¿Cómo es entrar al cantegril, encima siendo forastero y médico como en tu caso?

- Ni tanto ni tan poco. Yo creo que es cuestión de tiempo, de lugar… Las relaciones humanas llevan su tiempo. La confianza se gana con el tiempo en función de que uno es capaz de ser auténtico con lo que uno quiere. Y la gente va teniendo confianza de a poco, porque sabe que uno está ahí no para fiscalizar ni para decir qué es lo que está bien o lo que está mal ni para imponer una educación propia, sino para encontrar entre todos algo en común, porque cada uno sabe de lo suyo. Y yo tengo ciertos saberes, que me los ha dado la escuela pública, la universidad pública, pero hay otras personas que tienen otros saberes que no se los dio ninguna universidad. Y cuando vamos a un lugar como este hay muchas personas que tienen mucho para dar también, no solamente para recibir. Allí además hay un merendero, en el cual también se ha hecho lo necesario para que haya niños que puedan tener ciertos días de la semana un lugar de alimentación; bueno, ojalá que eso en el futuro no exista más, que no necesite existir más. Por ahora existe porque es necesario. Pero lo positivo sería que esos lugares se fueran reemplazando por cooperativas de autogestión, por sociedades vecinales del barrio Villa Ferrando que vayan logrando las mejoras que necesitan. Porque el barrio existe, y existe todos los días, no solamente cuando hay que auxiliarlo a causa de un temporal o de una inundación. Hace poco hicimos una jornada donde el equipo departamental de zoonosis llevó un ecografista, se hicieron ecografías para la población, también hubo un equipo de castración de animales allí, y bueno, en esos lugares hay que trabajar, y los distintos actores sociales, municipales, nacionales, tienen que ir a ese lugar a desarrollar acciones continuas. Y eso es lo que vamos a tratar de impulsar a partir de este pequeño comienzo.

- ¿Todo esto que están haciendo tiene posibilidades de continuidad, para que tenga un efecto real? Porque he escuchado que en poco tiempo se le daría de baja a este proyecto y el dinero volcado en el mismo se destinaría a otra cosa…

- Mirá, en realidad el proyecto tuvo desde el inicio una duración. Había seis meses. Hay un presupuesto para seis meses de trabajo, y en abril de este año se termina ese plazo. Nosotros, con nosotros o sin nosotros, vamos a hacer todo lo posible para que tenga continuidad. Porque realmente estos seis meses son simplemente un inicio. Y no te quepa duda de que vamos a golpear todas las puertas que sea necesario para que esta experiencia continúe, no importa con qué equipo, eso no es lo importante. Lo importante son las personas que hoy están participando, que en este momento son treinta mujeres compartiendo esta experiencia, y estas treinta mujeres necesitan que haya una continuidad.

Nace la primera radio de una empresa recuperada por sus trabajadores

Iskra FM 102.9 Colonia

Por estar ubicada en la frontera litoral suroeste, cuarenta y cinco quilómetros frente a Buenos Aires, la ciudad uruguaya de Colonia del Sacramento es bombardeada permanentemente por los medios argentinos. Los oyentes tienen por lo tanto una extensa oferta radiofónica proveniente de aquella ribera poblada por varios millones de habitantes y con un potencial técnico muy superior al local. Seis emisoras de escasa potencia conforman el espectro radial coloniense, de lo cual debe descontarse que dos de ellas son propiedad de capitales extranjeros. En este marco, con mucho esfuerzo, surgió hace casi una década la primera experiencia radial comunitaria, bajo el nombre Libertad FM, afiliada a AMARC, a la cual se le sumó un par de años atrás la emisora Comuna Radio, sin filiación resuelta hasta el momento, pero ambas inscriptas debidamente ante la Unidad Reguladora de los Servicios en Comunicaciones (URSEC), organismo estatal que regula y controla todas las actividades referidas a las telecomunicaciones en Uruguay. El año 2010 marca el comienzo de una nueva experiencia radial en la ciudad de Colonia, proveniente de un grupo de trabajadores del transporte colectivo urbano que vio peligrar su fuente laboral y acordó en buenos términos con los patronos de entonces el traspaso de las líneas y de la propiedad empresarial, cuando aquellos estuvieron a punto de declararse en quiebra ante las autoridades municipales. De esa forma optaron por conformar una cooperativa autogestionada que hasta el presente cuenta con una alta aprobación de los usuarios, así como una progresiva capitalización invertida en la compra de nuevos autobuses. ABC Coop, es la tercera empresa recuperada en Uruguay y la primera de ellas que aún conserva su carácter fundacional basado en esos criterios de autonomía, autogestión y cooperativismo. Pero ese mismo apoyo recibido por parte de la población los animó a emprender este nuevo objetivo, plasmado en la concreción de una nueva radio comunitaria, la primera de estas características en Uruguay, ubicada en un barrio de la periferia de Colonia, que aún se encuentra en etapa de transmisión de prueba, emitiendo al aire desde el 102.9 del dial y a través de internet en www.radioiskra.listen2myradio.com Dialogamos al respecto con Luis "Toto" Rivas, uno de los tres directores de esta nueva emisora.

- ¿Cuál es el origen de esta empresa recuperada por sus trabajadores y cómo se conformaron en cooperativa?
- El origen de nuestra cooperativa se remonta a septiembre del año 2001, cuando nos enteramos de que la patronal de la empresa de transporte en la cual trabajábamos iba a entregar las líneas y por consecuencia todos nos quedaríamos sin trabajo. Entonces la única alternativa que encontramos fue la de procurar organizarnos, el conjunto de la plantilla de trabajadores, y poner a funcionar la empresa, los medios de producción, mediante una gestión obrera en régimen cooperativo. Así fue que logramos salvar nuestra fuente de trabajo y que hasta el día de hoy podemos continuar aumentando nuestra flota y brindando un importante servicio a toda la población de Colonia.

- ¿Qué objetivos persigue esta nueva radio no comercial, surgida en la ciudad de Colonia, enmarcada en esos fines cooperativistas?
- El objetivo de nuestra radio es el de darle difusión a nuestras ideas, abrirnos a la sociedad, transmitirlas a los demás, y también transmitir toda esa experiencia que adquirimos en estos ocho años de autogestión obrera, además de demostrar a los demás trabajadores que una empresa, si se trabaja en forma seria y responsable, puede sobrevivir sin problemas administrada por sus propios obreros, sin la necesidad de tener que contar con un patrón, y que incluso si se la trabaja bien en muchos casos sin patrón se logra funcionar mejor que con patrón.

- ¿Cuál es el alcance de Iskra FM y a qué público objetivo está dirigida?
- El alcance de la radio es de unos veinte quilómetros, y el público al cual queremos llegar es al trabajador ocupado o desocupado, al estudiante, al jubilado con carencias económicas, a todo aquel que se sienta identificado con nuestra propuesta, para así darles nuestra visión de cuál es la realidad en la cual vivimos y estamos insertos, la que muchas veces se puede superar con el trabajo coordinado y autogestionado.

- ¿Se encuentran afiliados, o piensan hacerlo, a alguna de las dos coordinadoras de radios comunitarias existentes en Uruguay, como AMARC o ECOS?
- No, como apenas estamos comenzando esta nueva experiencia para todos nosotros todavía no estamos afiliados a ninguna organización pero tenemos pensado hacerlo pronto. Y por lo que hemos leído y escuchado nos interesa más afiliarnos a ECOS por su forma de pensar, porque entendemos que coincide más con nuestra filosofía de trabajo y porque creemos que el hecho de estar organizados es la única forma de lograr los objetivos. O sea que estamos intentando un primer acercamiento a ECOS para conocer más detalles de esa organización y luego resolver en conjunto. Igualmente nada está decidido todavía y no nos sentimos apurados por los tiempos. Queremos pisar bien en cada paso que damos para no tener que arrepentirnos después. Y como en Uruguay todas las coordinadoras de radios comunitarias tienen su sede central en Montevideo, la concreción de esos pasos a seguir a veces llevan un poco más de tiempo. Pero, como te decía, sí estamos convencidos de que no podemos trabajar solos y que debemos contactarnos con una coordinadora que no nos permita sólo pertenecer a ella sino donde además encontremos asesoramiento, apoyo, respaldo.

- ¿Qué opinión les merece el material musical y periodístico que reciben de parte de las radios comunitarias o comerciales ya existentes en Colonia?
- Consideramos que, dentro de todo, el producto que ofrecen las radios comunitarias instaladas en la ciudad de Colonia es mucho mejor que el ofrecido por las radios comerciales. En las emisoras comunitarias existe la posibilidad de decir lo que uno piensa y la música que se irradia por lo general es bastante buena. En cambio, las radios comerciales que conocemos generalmente no dan la posibilidad de expresarse libremente, al menos eso nos ha pasado a nosotros en particular, y además la música que irradian suele ser la de los hits del momento, y no mucho más que eso.

- En esta primera etapa de prueba, ¿cuál es el perfil musical e informativo de Iskra, o al menos el que se le pretende dar en el futuro inmediato?
- El perfil musical de Iskra hemos resuelto construirlo en base al canto popular uruguayo de todas las épocas, al rock en español, a la canción de autor, trovadores, etcétera. Queremos que se trate de una oferta musical lo mas variada posible, pero con un alto contenido poético y estético en sus letras para que además de distraer también dejen algo más en la cabeza del que está escuchando. En definitiva, música hecha con un criterio inserto en la realidad en la cual vivimos. En esta primera etapa de prueba aún no hemos comenzado a emitir informativos, pero la idea es la misma que con la música, que no sólo se trate de copiar noticias de otros medios sino generar nosotros esa producción a partir de los escasos medios económicos y humanos con los que contamos por ahora. También hemos conversado ya con varios periodistas serios del medio que nos ayudarán a poner al aire una serie de programas independientes, respetando esos criterios que te contaba y con la más absoluta libertad de expresión sin duda.

- ¿Con qué equipación técnica cuentan en este comienzo?
- Los equipos con los que contamos hasta el momento son en su mayoría marca Behringer, pero pensamos continuar mejorando en la faz técnica una vez que ya estemos seguros de poder autosolventarnos sin dificultad.

- ¿Cuántas personas trabajan en la emisora y cómo se solventan los gastos de la misma?
- Por ahora somos tres personas aprobadas por la cooperativa, y los gastos de la radio los estamos cubriendo con aportes solidarios del salario de los trabajadores de ABC Coop... Mientras tanto seguimos estudiando la posibilidad de alguna otra forma de cubrir esos gastos, pero al tratarse de una radio comunitaria no son pocas las limitaciones que se imponen, aunque igual estaríamos autorizados a gestionar algunos avisos comerciales exclusivamente para cubrir esos costos, pero recién podremos comenzar esa operativa cuando la URSEC nos reconozca como radio comunitaria y nos autorice a hacerlo, ya que como apenas estamos en los comienzos de la emisora nuestros trámites ante la URSEC se encuentran todavía en la presentación formal de los respectivos formularios de registro.

- ¿Quién o quiénes asumen la dirección de la radio?
- La dirección de la radio la asumimos entre los tres que trabajamos en ella: Soledad García, mi padre Luis Rivas y yo. Y las resoluciones de contenidos y política editorial las tomamos entre todos, mediante reuniones periódicas.

Falleció el periodista Ariel Delgado

El pasado 16 de octubre de 2009, a los 78 años de edad, murió en la ciudad de Buenos Aires el locutor, periodista e informativista José Carioni, popularmente conocido con el seudónimo de Ariel Delgado, a consecuencia de un accidente cerebro vascular, aunque desde hace treinta años venía luchando con diversos problemas coronarios. Se lo recuerda como “la voz de las noticias” al locutor de CW1 Radio Colonia, aquel que acuñó la recordada frase “hay más informaciones para este boletín”. Delgado comenzó su labor periodística en 1955, a los 24 años, en Radio del Estado (actualmente Radio Nacional, de Argentina) redactando noticias nacionales e internacionales, luego continuó en Radio Libertad (hoy Radio del Plata, también de aquel país), y en 1958 la persecución padecida en Argentina lo obligó a radicarse con su familia en la ciudad de Colonia, incorporándose a CW1 Radio Colonia (por entonces Radio Popular) donde comenzó ocupando los puestos de redactor y locutor. Ese mismo año alcanzó un alto grado de popularidad, empezando a ser reconocido y escuchado sobre todo por muchos argentinos que lo sintonizaban para estar al tanto de las noticias que en aquel país no se irradiaban debido a la censura imperante. Esos eran sus principales oyentes, a pesar de que la radio estaba y está instalada en territorio uruguayo. En 1965, cuando su amigo personal, el empresario argentino Héctor Ricardo García, compró Radio Colonia, Ariel Delgado comenzó a desempeñarse como director de esa emisora, y volcó el perfil de la misma hacia la defensa de los derechos humanos y la denuncia de las violaciones a los mismos. Precisamente a raíz de ello, víctima de reiteradas amenazas en el ejercicio de su profesión, a comienzos de los ochenta debió exiliarse en Roma. Las dictaduras que desgobernaban uno y otro margen del Río de la Plata jamás dejaron de apuntar hacia Ariel, y al menos por un rato celebraron su triunfo efímero. Pero dos años después regresó al continente y fijó domicilio en Managua, ciudad en la que vivía su hijo Sergio (por entonces comandante del FSLN), donde trabajó como asesor y comentarista de Radio La Voz de Nicaragua. En 1983, apenas asumió el gobierno argentino el presidente constitucional Raúl Alfonsín, regresó a Buenos Aires, incorporándose sucesivamente a LR2 Radio Argentina, LR3 Radio Belgrano (donde compartió un programa con Eduardo Aliverti), LR9 Radio América y LR4 Radio Splendid. De todas esas emisoras fue despedido porque los propietarios de las mismas discrepaban con su estilo frontal de encarar la información y de no permitirse la autocensura. Con escasas posibilidades de trabajo, en 1993 es contratado por Héctor Ricardo García como secretario de redacción del diario Crónica y dos años después como locutor del canal argentino de televisión Crónica TV. Posteriormente también escribió para el Diario de las Madres de Plaza de Mayo, en forma honoraria. En el año 2007 se le otorgó el premio "Locos de la azotea", que entrega la escuela de Radio TEA (dirigida por Aliverti), pero no pudo asistir a la ceremonia por recomendación médica, debido a su estado. Publicó dos libros relatando sus experiencias: “25 años de periodismo radial” (escrito clandestinamente en Colonia y publicado en Roma en 1981, conteniendo sus editoriales en CW1) y “Agresiones a la prensa”, impreso en 1995 por la editorial de Madres de Plaza de Mayo. José Carioni nació en la ciudad argentina de Mercedes, provincia de Corrientes, el 15 de marzo de 1931. Debido a la inexistencia de personas estrechamente cercanas a Ariel Delgado en la actual Radio Colonia, a casi tres décadas de su alejamiento de esa emisora, dialogamos sobre nuestro entrañable colega periodista y amigo personal Ariel Delgado con su ex compañero de tareas, el también reconocido periodista argentino Eduardo Aliverti.

- Eduardo, ¿cómo conociste a Ariel Delgado, cuál fue tu primera impresión al conocerlo y cómo prosiguió luego la relación entre ustedes?
- Lo conocí personalmente en el año 1985, en la mítica Radio Belgrano de la primavera democrática argentina. Él hacía “El diario oral matutino”, de 5.30 a 7:00 horas, que fue probablemente el mejor panorama informativo que pueda registrarse en nuestra radiofonía desde entonces. Cuando concluía yo arrancaba con el programa “Sin anestesia”, y así fue durante dos años. Pero en realidad establecimos un fuerte contacto personal en 1989, cuando fuimos convocados por una productora bonaerense para hacer un programa nocturno de información y opinión, en Radio Splendid. Ariel leía las noticias y yo obraba de comentarista. Para mí era un monstruo sagrado, y me recuerdo sentado a su izquierda sin poder creer que compartiera micrófono, palo y palo, codo a codo, con algo así como la historia misma de la radio, aún cuando yo ya era un hombre conocido y ya con "historia propia", digamos, por el éxito que había sido “Sin anestesia”; y antes, por la voz crítica contra la dictadura que significó “Anticipos”, por Radio Continental. Lo alucinante de Ariel era el modo en que corregía y re-redactaba los cables que llegaban de las agencias noticiosas. Marcaba su tono de locución con un golpeteo rítmico de su pierna derecha. Casi nunca cometía un furcio y era espectacular la forma en que remarcaba los títulos y las palabras clave de las oraciones. Llegaba a la radio unas dos horas antes de que comenzara el programa. Era una persona parca, de pocas palabras, extremadamente humilde. No puedo decir que llegamos a ser amigos, pero sí que establecimos una corriente de afecto y respeto que supo asentarse en asados varios e intercambio de apreciaciones políticas con vino tinto de por medio. Era básicamente un solitario y le costaba integrarse a un trabajo en equipo, eso sí. Pero esa traba fue superada a través de que, en forma periódica, se hacían reuniones de producción y cruce de ideas en las que se acordaba lo general de la línea del programa. Una vez que eso se saldaba, él hacía lo suyo respetando lo acordado. Supongo que eso de discutir en colectivo le significaba un gran esfuerzo por su carácter ermitaño, lo cual yo asimilaba más que otros porque mi personalidad es muy similar.

- Quizás muchos oyentes apenas recuerden a Ariel por la "crónica roja" que durante muchos años caracterizó a Radio Colonia y por su particular estilo de narrar esos hechos. Pero él también fue uno de los primeros informativistas que denunció los asesinatos políticos, las desapariciones, la cara real de la guerra de Malvinas...
- Es cierto. Ariel pasó a la historia mucho más como el tipo que impuso un tono locutoril incomparable, y como refugio de los oyentes en todo tiempo de censura, que como alguien profundamente comprometido con un pensamiento de izquierda del que jamás renegó y al que aportó una actitud militante en actos públicos, en la firma de solicitadas, acompañando luchas. Si bien alcanzó un altísimo reconocimiento, tengo la espina de que en algún lugar se lo considera ligado al sensacionalismo vocal cuando la verdad es que fue un periodista extraordinario.

- ¿Cómo era en su vida cotidiana, fuera de los micrófonos?
- Era hombre de salir poco, muy casero, muy lector, muy sufrido. No le daba importancia ni a la ropa ni a ninguna manifestación externa, pero tenía buen gusto. Vivía en un amplio pero modesto departamento del centro de Buenos Aires, cuyas puertas no abría a todo el mundo, ni muchísimo menos. Y siempre sentí que guardaba alguna nostalgia de su exilio italiano, en el sentido de las cosas de buen gusto de los italianos, precisamente. Y era un hombre al que nunca le sobraba una palabra. Se expresaba con oraciones muy cortas y cortantes, que por lo general eran como estiletazos con la particularidad de nunca dejar indiferentes a sus interlocutores.

- ¿Conocés por qué nunca regresó a Radio Colonia luego de su exilio en Italia, aceptando un puesto laboral de menor trascendencia o incidencia en Crónica, después de ser despedido de varias emisoras argentinas?
- No lo sé con precisión. Infiero que tomó a Radio Colonia como un ciclo superado y que quería despegarse de esa suerte de "imagen eterna".

- Hasta que un día llegó el vínculo con Madres de Plaza de Mayo. ¿Qué labor desarrolló en esa organización?
- Se comprometió con las Madres desde un primer momento. Ellas podían contar con él para lo que quisieran, y él jamás le esquivó al bulto. Conducía sus actos junto con Liliana Daunes, por ejemplo, y eso fue todo un signo porque, repito, sus rasgos de personalidad no encajaban con mostrar la cara sino todo lo contrario.

- ¿Qué le falta a la radiofonía tras la muerte de Ariel Delgado?
- Sinceramente no volví a ver ningún profesional de la información radiofónica que tuviese el rigor obsesivo de Ariel. Falta gente como él, capaz de no copiar la agenda de los grandes diarios. O en todo caso, de saber reelaborarla. Es de esas personas que son irrepetibles. Y a mí me daba una enorme confianza ideológica. Y eso también falta. Vaya si falta.