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“Ahora que no abundan poetas y cantores
respetuosos y celosos de su oficio;
ahora que encandila lo de afuera
y se prostituyen acordes y palabras;
ahora que todo se hunde en el consumo,
en el brutal basurero del mal gusto”.
José Luis ‘Pepe’ Guerra
En el basural prostibulario del descarte institucionalizado se reciclan los desperdicios más infames para promocionarlos ipso facto como el manjar irresistible y vitamínico de las nuevas generaciones, el queso podrido pero caro que se ofrece a las masas en envases de colores y stickers para coleccionar.
Son éstas las armas de la más profunda superficialidad que se viene imponiendo desde que murió la flor y cedió la rebelión, el sistema inhumano pero generoso que se reparte a todos por democrática gracia concebida, el vacío de futuro que desafía los hasta hace poco fundamentales valores del hombre. (Comunicado Nº 1: kerry y bush contraen enlace en el vaticano y dan inicio al primer colegiado en los estados unidos).
No ignoremos el por ahora indiscutible triunfo de esta porfiada superficie que peleó hasta establecerse y que pugna día tras día por mantenerse intacta-impune entre los frágiles seres vivos, los desposeídos de ilusiones palpables, los futuros parias de la globalización. No olvidemos ni subestimemos nunca el inclaudicable tesón de este trajinado proceso hacia la banalidad en el que tanto y tantos se ha/han empeñado y con el que tantos más sobrevivimos y malmorimos. (Comunicado Nº 2: el viernes foro en el cyber para chatear con tu vecino).
Que acá todo lo muerto se revive, todo lo roto se emparcha, todo lo acabado se vuelve a recomponer. No sea cosa que a alguien se le ocurra reempezar a joder con el superado imperio de la imaginación y la creatividad, esos poderes con síndrome de ocultismo para el consumo de mercado. La añeja caza de brujas retoma nuevos bríos y agarra impulso, se reinstaura culturalmente para borrar de un plumazo la aquella nuestra cultura identificatoria de todo lo que fuimos previo al dolor de ya no ser, aquella verdadera, la que en algún momento nos dio la potestad de sentirnos hacedores de nuestro propio destino. ¿El cuál? (Comunicado Nº 3: foto a foto y secuencia a secuencia, le mostramos en detalle la caída de la pradón. ¿La tiró el amante, se quiso suicidar, o ambas cosas? ¡Sépalo esta noche, sólo por cadena nacional!).
Ese atentado contra nuestra jaqueada identidad sigue su marcha y arrastra en la correntada a todo lo que nazca desprovisto de raíces. Y de ahí nuestra alarma, amados enemigos, amigos del confort idiota, irrelevante, hueco, autómata y autodestrucfivo. Que aquí no se salva nadie (ni con club naval) si no se alerta con propiedad. Que aquí no hay rescate a medias de genuinos horizontes. Que aquí, en este nuevo barrio al que quieren desterrarnos, también hay buenos vecinos, cómo negarlo my god, pero ya los quintana no son los mismos que antes de la expropiación y quieren que los gonzález tampoco lo seamos. (Comunicado Nº 4: reinterpretan la interpretación del plebiscito por el agua).
Hoy venimos siendo el número sin rostro que nos clavan impiadosos con un puñal en la espalda y nosotros muchas gracias, inquilinos morosos de esta estadística atroz y degradante, de esta insociedad, de esta anticultura, de esta contrarrevolución sobre todos los derechos que aún casi nos asisten, sobre la vital autodeterminación de los pueblos impedidos de siquiera morir en el intento de procurar alguna dignidad. Crisis de valores le llaman. ¡Ay, si fuera sólo eso! Les habló el ciudadano tres millones.
Jabón, dentífricos y aerosoles
¡Señora, señor, vuelva a lo natural!, discursea por televisión un marketinizado conductor de nuestro destino, mientras nos ofrece desodorantes de ambiente con sabor a maconia que mentira no afectan la capa de ozono, cigarrillos que nos advierte perjudiciales para la salud, whisky etiqueta negra para evitar los excesos, y hasta un coche ecológico con el que nos haremos mierda ‑pero naturista‑ si acaso nos excedemos sin controles policiales de espirometría. Pasta dental con triple acción para cuidar los dientes que se nos caen de abstinencia, preservativos con sabor a chocolate para alentar la promiscuidad consumista, hamburguesas made in usa que nos darán un estómago del primer mundo para frustrarnos con comida del tercero o cuarto, y jabones con esencias africanas para lavar las manchas del apartheid capitalista que luego nos venderán los obsecuentes informativistas coterráneos como el más mejor método racista anticontagio. No intente oponerse. Jamás lo logrará. La mesa está dispuesta. ¡Compre! (Comunicado Nº 5: podría quedar vida en Bagdad).
Todo está calculado, todo se compra y se vende (o al menos eso creen). No hay canje en esta infamia, no hay posibilidad de trueque, no hay promoción de acciones solidarias, no hay lugar para la queja, la protesta se criminaliza para desestimarle su genuino derecho (o izquierdo) a la discrepancia. Y para quien todavía se atreva a escuchar aquellas escasas voces que cada tanto se alzan sorteando las barreras del ¡llame ya!, se inventaron los walkmans con música adormecedora y los cotonetes de taiwán con el mejor algodón color patito de alguna zona franca sin impuestos.
La idea es activar el concepto de que todo está inventado. La consigna es apostar a la desinventiva. La tarea del marketing es proponernos una vida mejor y dependiente, frente a la alternativa caótica que brotará de nuestro libre albedrío. La regla es nunca más la imaginación al poder. Es ése el target de los que mandan o mandarán, y nada más importa. (Comunicado Nº 6: fuerzas del orden marchan por la legalización de la autotortura inducida).
Los políticos ya no son hombres ni mujeres sino frutos de ese árbol consumista-empresarial y, como tales, son de la planta, de ésa planta. Se los instruye en imagen, diagramada por inescrupulosos especialistas de mercado. Se les dibuja la sonrisa y el gesto que mejor compren los votantes. Se planifican sus muecas, sus pasos, sus poses, sus discursos, sus enojos, hasta sus enfrentamientos ¿ideológicos? Y se les paga con viáticos reforzados y pases en comisión.
Que donde manda el protocolo no mandamos nosotros, ni tenemos la opción de cámaras ocultas o levantamientos de secretos bancarios para un reality show que los escrache soberanamente en su jodida intimidad sin traje a rayas ni pasajes a chile. (Comunicado Nº 7: el ministerio contrataría nuevos asesores para los asesores de los asesores).
Y el que no traga no existe. El que no come chatarra de importación quedó afuera de la historia. El que se niega a digerir el ranking de la topmanía tropical o hit parade internacional es un lumpen, un aborigen renegado y sin futuro. Así venimos estando, el zapping está servido, es suyo, no hay otra opción, no lo desaproveche, no existe nada más.
Bienaventurados los disciplinados
Traidores por herejía de cualquier sermón de la montaña, los nuevos iscariotes besan la frente de los disciplinados al sistema inmoral y ponciopilatean sus higiénicas manos en el ácido que vomitan sobre las bocas sedientas de más de media humanidad necesitada por acostumbramiento de respuestas complacientes y pertenencias al uso.
Mentirosos históricos, bardean por los medios sus denigrantes proclamas y se pasean gordos y saciados por los barrios marginales para demostrar que así se puede y que de otra forma no vale. Porque la indisciplina al sistema promulgado apareja caerse del mapa, piantar de la mesa del banquete social, recular con las manos atadas al abismo del pasado donde dicen nada queda, pero donde también estaban los sueños que en muchos todavía permanecen, clandestinos de elogios y de publicidad. (Comunicado Nº 8: asilo en el ayuí sería concedido).
Los reos de este siglo venimos con un duro pan oculto entre los jirones, traemos carreteras de historias ocurridas y por ser, tenemos almanaques repletos de oprobios y bondades, sabemos de la muerte, ya pasamos por ella, miramos de ojo abierto a quien pretende enmudecernos, dejamos de transar desde el primer caramelo a cambio de, llevamos en la sangre forajidos y héroes, bandidos y prohombres, artistas y canallas, nos timbeamos la vida en el desafío constante de cada nuevo día, no pertenecemos ni perteneceremos a disciplina alguna que se aparte del hombre, andamos sin tamangos, con planes, sin esquemas y, señores que guardan las puertas del sistema, somos muy peligrosos. (Comunicado Nº 9: reimportarán artículos uruguayos exportados).
Querrán adoctrinarnos, vendernos el destino y la muerte en cómodas cuotas de obediencia indebida, pero jamás entregaremos nuestra sangre a tan pobre empresa, ni detendremos el paso -a veces cansino- ante las falopeadas golosinas de un sistema que empobrece y ensombrece a nuestros más débiles y deslumbrados consumidores‑ congéneres, que encumbrados dirán ellos. Seguiremos odiados por esta porfía y amados por la persistencia. Continuaremos expuestos al rencor de los que cobran por tapar el sol con bronceadores y cremas humectantes. Nos apuntarán al cráneo de las ideas y morirán sin saber en qué pensamos, aunque no existen problemas de contárselo si aceptan renunciar al monopolio de andebu. Que las cadenas (y las vaquitas) siempre siguen siendo de ellos, mis democráticos amigos de lo ajeno, pero con propiedad privada propia. (Comunicado Nº 10: premio nóbel de la paz quedó desierto).
Será esta nuestra lucha: impedir que tanta agua caída se borre impunemente con calor de invernadero o lanzallamas trasnacionales, si acaso las naciones determinaran realmente alguna identidad particular y prohibitiva del resto o alguna división letalmente irreconciliable de toda la especie. (Comunicado Nº 11: uruguay desmentirá en el campeonato mundial el mito de la existencia de alguna presunta garra charrúa).
Porque trágico es mirar sobre la tierra y ver que de tanta lluvia no va quedando ni la memoria de las baldosas mojadas, ni los pastos empapados por el rocío humano que sangra todavía sobre todas nuestras tierras, que han pasado el rastrillo de la desmemoria y cubierto el suelo con moquette paqueta, triple, fina y camuflada debajo del mobiliario del casino de oficiales. Porque trágico es que se pretenda borrar la historia de la lluvia con el olvido impuesto y legalizado, artículo cuarto, como si existiera peligro en el recuerdo y riesgo en las profundidades de los miles de expedientes que escribieron los pasos de la humanidad enterrada bajo la cáscara de la hoy frivolizada superficie. (Comunicado Nº 12: batlle, vázquez y larrañaga posan para revista caras).
Y disculpen la insistencia (resistencia).
Pero que no te agarre a la intemperie tanto despojo, que te garúe finito por lo menos, que nada está perdido aunque aún no sepamos con exactitud a qué rincón del alma le estamos apostando casi todos los boletos. Nos han despistado tanto, nos hemos querido y logrado despistar tanto y tanto, que lo único seguro sigue siendo el tiempo que vendrá, que no este; el que está después de todo esto, el que sólo nace y crece desde aquel hombre libre que una vez nos prometimos. Y allí nos encontraremos de verdad, cara a cara, raíz con raíz, asco con asco y sin mercachifles ofertas de góndola evasora.
respetuosos y celosos de su oficio;
ahora que encandila lo de afuera
y se prostituyen acordes y palabras;
ahora que todo se hunde en el consumo,
en el brutal basurero del mal gusto”.
José Luis ‘Pepe’ Guerra
En el basural prostibulario del descarte institucionalizado se reciclan los desperdicios más infames para promocionarlos ipso facto como el manjar irresistible y vitamínico de las nuevas generaciones, el queso podrido pero caro que se ofrece a las masas en envases de colores y stickers para coleccionar.
Son éstas las armas de la más profunda superficialidad que se viene imponiendo desde que murió la flor y cedió la rebelión, el sistema inhumano pero generoso que se reparte a todos por democrática gracia concebida, el vacío de futuro que desafía los hasta hace poco fundamentales valores del hombre. (Comunicado Nº 1: kerry y bush contraen enlace en el vaticano y dan inicio al primer colegiado en los estados unidos).
No ignoremos el por ahora indiscutible triunfo de esta porfiada superficie que peleó hasta establecerse y que pugna día tras día por mantenerse intacta-impune entre los frágiles seres vivos, los desposeídos de ilusiones palpables, los futuros parias de la globalización. No olvidemos ni subestimemos nunca el inclaudicable tesón de este trajinado proceso hacia la banalidad en el que tanto y tantos se ha/han empeñado y con el que tantos más sobrevivimos y malmorimos. (Comunicado Nº 2: el viernes foro en el cyber para chatear con tu vecino).
Que acá todo lo muerto se revive, todo lo roto se emparcha, todo lo acabado se vuelve a recomponer. No sea cosa que a alguien se le ocurra reempezar a joder con el superado imperio de la imaginación y la creatividad, esos poderes con síndrome de ocultismo para el consumo de mercado. La añeja caza de brujas retoma nuevos bríos y agarra impulso, se reinstaura culturalmente para borrar de un plumazo la aquella nuestra cultura identificatoria de todo lo que fuimos previo al dolor de ya no ser, aquella verdadera, la que en algún momento nos dio la potestad de sentirnos hacedores de nuestro propio destino. ¿El cuál? (Comunicado Nº 3: foto a foto y secuencia a secuencia, le mostramos en detalle la caída de la pradón. ¿La tiró el amante, se quiso suicidar, o ambas cosas? ¡Sépalo esta noche, sólo por cadena nacional!).
Ese atentado contra nuestra jaqueada identidad sigue su marcha y arrastra en la correntada a todo lo que nazca desprovisto de raíces. Y de ahí nuestra alarma, amados enemigos, amigos del confort idiota, irrelevante, hueco, autómata y autodestrucfivo. Que aquí no se salva nadie (ni con club naval) si no se alerta con propiedad. Que aquí no hay rescate a medias de genuinos horizontes. Que aquí, en este nuevo barrio al que quieren desterrarnos, también hay buenos vecinos, cómo negarlo my god, pero ya los quintana no son los mismos que antes de la expropiación y quieren que los gonzález tampoco lo seamos. (Comunicado Nº 4: reinterpretan la interpretación del plebiscito por el agua).
Hoy venimos siendo el número sin rostro que nos clavan impiadosos con un puñal en la espalda y nosotros muchas gracias, inquilinos morosos de esta estadística atroz y degradante, de esta insociedad, de esta anticultura, de esta contrarrevolución sobre todos los derechos que aún casi nos asisten, sobre la vital autodeterminación de los pueblos impedidos de siquiera morir en el intento de procurar alguna dignidad. Crisis de valores le llaman. ¡Ay, si fuera sólo eso! Les habló el ciudadano tres millones.
Jabón, dentífricos y aerosoles
¡Señora, señor, vuelva a lo natural!, discursea por televisión un marketinizado conductor de nuestro destino, mientras nos ofrece desodorantes de ambiente con sabor a maconia que mentira no afectan la capa de ozono, cigarrillos que nos advierte perjudiciales para la salud, whisky etiqueta negra para evitar los excesos, y hasta un coche ecológico con el que nos haremos mierda ‑pero naturista‑ si acaso nos excedemos sin controles policiales de espirometría. Pasta dental con triple acción para cuidar los dientes que se nos caen de abstinencia, preservativos con sabor a chocolate para alentar la promiscuidad consumista, hamburguesas made in usa que nos darán un estómago del primer mundo para frustrarnos con comida del tercero o cuarto, y jabones con esencias africanas para lavar las manchas del apartheid capitalista que luego nos venderán los obsecuentes informativistas coterráneos como el más mejor método racista anticontagio. No intente oponerse. Jamás lo logrará. La mesa está dispuesta. ¡Compre! (Comunicado Nº 5: podría quedar vida en Bagdad).
Todo está calculado, todo se compra y se vende (o al menos eso creen). No hay canje en esta infamia, no hay posibilidad de trueque, no hay promoción de acciones solidarias, no hay lugar para la queja, la protesta se criminaliza para desestimarle su genuino derecho (o izquierdo) a la discrepancia. Y para quien todavía se atreva a escuchar aquellas escasas voces que cada tanto se alzan sorteando las barreras del ¡llame ya!, se inventaron los walkmans con música adormecedora y los cotonetes de taiwán con el mejor algodón color patito de alguna zona franca sin impuestos.
La idea es activar el concepto de que todo está inventado. La consigna es apostar a la desinventiva. La tarea del marketing es proponernos una vida mejor y dependiente, frente a la alternativa caótica que brotará de nuestro libre albedrío. La regla es nunca más la imaginación al poder. Es ése el target de los que mandan o mandarán, y nada más importa. (Comunicado Nº 6: fuerzas del orden marchan por la legalización de la autotortura inducida).
Los políticos ya no son hombres ni mujeres sino frutos de ese árbol consumista-empresarial y, como tales, son de la planta, de ésa planta. Se los instruye en imagen, diagramada por inescrupulosos especialistas de mercado. Se les dibuja la sonrisa y el gesto que mejor compren los votantes. Se planifican sus muecas, sus pasos, sus poses, sus discursos, sus enojos, hasta sus enfrentamientos ¿ideológicos? Y se les paga con viáticos reforzados y pases en comisión.
Que donde manda el protocolo no mandamos nosotros, ni tenemos la opción de cámaras ocultas o levantamientos de secretos bancarios para un reality show que los escrache soberanamente en su jodida intimidad sin traje a rayas ni pasajes a chile. (Comunicado Nº 7: el ministerio contrataría nuevos asesores para los asesores de los asesores).
Y el que no traga no existe. El que no come chatarra de importación quedó afuera de la historia. El que se niega a digerir el ranking de la topmanía tropical o hit parade internacional es un lumpen, un aborigen renegado y sin futuro. Así venimos estando, el zapping está servido, es suyo, no hay otra opción, no lo desaproveche, no existe nada más.
Bienaventurados los disciplinados
Traidores por herejía de cualquier sermón de la montaña, los nuevos iscariotes besan la frente de los disciplinados al sistema inmoral y ponciopilatean sus higiénicas manos en el ácido que vomitan sobre las bocas sedientas de más de media humanidad necesitada por acostumbramiento de respuestas complacientes y pertenencias al uso.
Mentirosos históricos, bardean por los medios sus denigrantes proclamas y se pasean gordos y saciados por los barrios marginales para demostrar que así se puede y que de otra forma no vale. Porque la indisciplina al sistema promulgado apareja caerse del mapa, piantar de la mesa del banquete social, recular con las manos atadas al abismo del pasado donde dicen nada queda, pero donde también estaban los sueños que en muchos todavía permanecen, clandestinos de elogios y de publicidad. (Comunicado Nº 8: asilo en el ayuí sería concedido).
Los reos de este siglo venimos con un duro pan oculto entre los jirones, traemos carreteras de historias ocurridas y por ser, tenemos almanaques repletos de oprobios y bondades, sabemos de la muerte, ya pasamos por ella, miramos de ojo abierto a quien pretende enmudecernos, dejamos de transar desde el primer caramelo a cambio de, llevamos en la sangre forajidos y héroes, bandidos y prohombres, artistas y canallas, nos timbeamos la vida en el desafío constante de cada nuevo día, no pertenecemos ni perteneceremos a disciplina alguna que se aparte del hombre, andamos sin tamangos, con planes, sin esquemas y, señores que guardan las puertas del sistema, somos muy peligrosos. (Comunicado Nº 9: reimportarán artículos uruguayos exportados).
Querrán adoctrinarnos, vendernos el destino y la muerte en cómodas cuotas de obediencia indebida, pero jamás entregaremos nuestra sangre a tan pobre empresa, ni detendremos el paso -a veces cansino- ante las falopeadas golosinas de un sistema que empobrece y ensombrece a nuestros más débiles y deslumbrados consumidores‑ congéneres, que encumbrados dirán ellos. Seguiremos odiados por esta porfía y amados por la persistencia. Continuaremos expuestos al rencor de los que cobran por tapar el sol con bronceadores y cremas humectantes. Nos apuntarán al cráneo de las ideas y morirán sin saber en qué pensamos, aunque no existen problemas de contárselo si aceptan renunciar al monopolio de andebu. Que las cadenas (y las vaquitas) siempre siguen siendo de ellos, mis democráticos amigos de lo ajeno, pero con propiedad privada propia. (Comunicado Nº 10: premio nóbel de la paz quedó desierto).
Será esta nuestra lucha: impedir que tanta agua caída se borre impunemente con calor de invernadero o lanzallamas trasnacionales, si acaso las naciones determinaran realmente alguna identidad particular y prohibitiva del resto o alguna división letalmente irreconciliable de toda la especie. (Comunicado Nº 11: uruguay desmentirá en el campeonato mundial el mito de la existencia de alguna presunta garra charrúa).
Porque trágico es mirar sobre la tierra y ver que de tanta lluvia no va quedando ni la memoria de las baldosas mojadas, ni los pastos empapados por el rocío humano que sangra todavía sobre todas nuestras tierras, que han pasado el rastrillo de la desmemoria y cubierto el suelo con moquette paqueta, triple, fina y camuflada debajo del mobiliario del casino de oficiales. Porque trágico es que se pretenda borrar la historia de la lluvia con el olvido impuesto y legalizado, artículo cuarto, como si existiera peligro en el recuerdo y riesgo en las profundidades de los miles de expedientes que escribieron los pasos de la humanidad enterrada bajo la cáscara de la hoy frivolizada superficie. (Comunicado Nº 12: batlle, vázquez y larrañaga posan para revista caras).
Y disculpen la insistencia (resistencia).
Pero que no te agarre a la intemperie tanto despojo, que te garúe finito por lo menos, que nada está perdido aunque aún no sepamos con exactitud a qué rincón del alma le estamos apostando casi todos los boletos. Nos han despistado tanto, nos hemos querido y logrado despistar tanto y tanto, que lo único seguro sigue siendo el tiempo que vendrá, que no este; el que está después de todo esto, el que sólo nace y crece desde aquel hombre libre que una vez nos prometimos. Y allí nos encontraremos de verdad, cara a cara, raíz con raíz, asco con asco y sin mercachifles ofertas de góndola evasora.
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